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Por una arquitectura sostenible

Conversación con Paul Cremoux


Jaime Schmidt (JS): Tu práctica profesional y docente está dirigida a la materialización de una arquitectura que el día de hoy está etiquetada y se reconoce como “sostenible”. En el manifiesto de tu despacho afirman que uno de sus objetivos es “convertirnos en el recurso humano que la naturaleza necesita, y no utilizar a la naturaleza como un recurso Humano.” ¿Qué implica esto para ti al momento de comenzar a trabajar cualquier encargo?

Paul Cremoux (PC): Bueno, yo no hago esa distinción. Si queremos hacer arquitectura de calidad ¿debe ser buena no?, y para que sea realmente buena debe responder a los retos que como civilización enfrentamos. Más del 40% de la energía es consumida por los edificios y las ciudades, y el 50% de los gases de calentamiento global son emitidos por los edificios y la industria de la construcción. Cualquier arquitecto que diseñe tendrá que enfrentarse a este tema. Yo diría que tomar en cuenta la realidad es un valor esencial en la toma de dicciones de diseño. Yo distingo entre arquitectura inconsciente, sínica, vacía, mal diseñada, y la arquitectura consciente inteligente, generosa y creadora de oportunidades. El interés por impedir más daño a nuestro medio ambiente es inherente al hecho de construir. Si hacemos una revisión histórica de las cosas que han hecho los arquitectos, ingenieros, urbanistas y diseñadores, es evidente que hemos construido de manera aislada y gregaria, y que esto ha traído consecuencias muy desfavorables que padecemos cotidianamente, que nos afectan a la salud, la convivencia y a la calidad de nuestras vidas. Así que la verdadera arquitectura sostenible no hace más que reconocer y enriquecer el medio ambiente. Para darme a entender mejor, el bueno diseño es esencialmente sostenible. La razón por la cual la arquitectura que no es sostenible o “inconsciente” destruye es muy sencilla, porque los métodos de producción naturales —el mundo¬—, simplemente no funciona así. Para lograr que nuestros diseños se inserten y enriquezcan el medio ambiente debemos de entender cómo funcionan los ciclos naturales de producción, y es por ellos que diseñar se ha vuelto mucho más complejo. Ahora vemos equipos multidisciplinarios compuestos por biólogos, químicos y sociólogas para diseñar un edificio.

JS: Al momento de ponerte a trabajar o diseñar algún encargo, ¿cuál es tu primera acción como diseñador?

PC: Depende mucho del proyecto, la escala, el contexto o la condición del cliente. Pero generalmente lo que hacemos es analizar todos esos elementos. La primera acción es reconocer la serie de valores con los que el diseño se verá enriquecido, entender en que proporción diversos valores son más importantes que otros y como estos deben informar a la discusión de diseño.


JS: ¿Paul Cremoux Studio propone en su misión una nueva beta de crecimiento económico en donde la arquitectura contribuya al enriquecimiento de nuestro planeta? ¿Cómo lo logras?

PC: No siempre lo logro. Hay una nueva Revolución Industrial en la que hay conciencia de una economía de producción que integra valores que en la primera Revolución Industrial estaban ausentes. En la primera se trataba de pasar de un sistema precario de producción a uno industrializado en donde la meta era crear bienes y servicios lo más rápido posible. Pero en esto estaban ajenos muchos temas fundamentales como es el de la relación de una producción masiva y homogeneizante con el medio ambiente, que está lleno de diversidad, solo por nombrar alguna. En el ámbito del desarrollo inmobiliario, el buen diseño es mucho más rentable que el mediocre. Hacer las cosas bien es sin duda más complicado, pero tampoco quiere decir que no sea práctico. Un elemento casi siempre olvidado por muchos arquitectos es el elemento moral. Ser arquitecto no se trata simplemente de construir algo bello que funcione y sea rentable, eso sería una postura muy primaria, ignorante, egoísta e irresponsable. Me parece que si nuestros diseños comienzan a integrar todos los temas que son esenciales para crear un verdadero diseño exitoso, en esa medida, veremos crecimiento económico, social y medioambiental.


JS: El día de hoy es cada vez más común encontrarnos con edificios que no cumplen con las consideraciones mínimas de ventilación, iluminación, buena orientación, etc. ¿Crees que en general los arquitectos de hoy han perdido el sentido de responsabilidad al no hacer edificios que cumplan estos requerimientos básicos? ¿A qué otros factores crees que se debe esto?

PC: Sería difícil identificar la serie de factores que han contribuido a esta confusión o a la falta de interés de los arquitectos y diseñadores por realizar diseños virtuosos. En México existe una noción muy superficial, un prejuicio prototípico de lo que es ser “verde” o “sustentable”. Tal vez basado en una tesis vieja en donde el conservacionismo se oponía al desarrollo. Muchos simplemente lo desprecian porque lo perciben solamente como una moda, pero en el fondo es simplemente porque son ignorantes. El discurso medioambiental es tomado como un tema de filantropía o de línea políticamente correcta, cuando en realidad es el tema más importante que existe.

JS: ¿Cuáles son los problemas a los que te enfrentas para poder hacer arquitectura sostenible en México?

PC: El más importante es el nivel de conciencia del cliente. Recordemos que somos diseñadores de algo que no nos pertenece y que no estamos pagando. En la medida que los principios coincidan entre el arquitecto diseñador y el cliente, el proyecto será directamente y proporcionalmente exitoso.


JS: ¿Crees que la idiosincrasia de nosotros los mexicanos en general, es un obstáculo para el desarrollo de la sostenibilidad en lo que se refiere a la producción de arquitectura?

PC: Creo que la educación es fundamental para comprender cómo funciona el mundo. Es nuestra responsabilidad no ser ignorantes, porque a diferencia de cualquier otro animal en la Tierra, el hombre tiene la capacidad de modificar dramáticamente su medio, y si no lo hace de manera inteligente (educada), se provocará problemas graves a sí mismo. Si no hay educación, nos convertimos en seguidores, en consumidores desinformados, débiles ante los mensajes confusos.


JS: En la Ciudad de México la mayor parte de las edificaciones que existen se ejecutaron por autoconstrucción (sin la intervención de un arquitecto). ¿Cómo podríamos lograr que esas obras que en su mayoría se construyen a lo largo del tiempo y con recursos limitados pudieran tener calidad de “sostenibles”?

PC: Por un lado con educación, necesitamos tener una ciudadanía consciente. Por otro, una representación política que emane de esa ciudadanía de calidad para que exista una legislación incluyente y estratégica. En el caso de los arquitectos, no tenemos una organización que nos represente como gremio con la seriedad que se necesita. Esto es esencial para que como profesionistas contemos con un espacio socio político preciso. No podemos dejar que los contadores, abogados o doctores continúen desarrollando vivienda bajo el único principio de hacer negocio y ganar dinero. Esto es irresponsable e inmoral, la vivienda es un tema muy importante para dejarlo en manos de especuladores y oportunistas.

JS: Para que un edificio pueda considerarse “sostenible”, ¿es necesario que tenga vegetación?

PC: Sí, o sí por el momento. El 65% de los bosques del mundo están acabados por la acción humana. Simplemente para revertir esa situación, la vegetación aporta mucha riqueza que nos beneficia directamente. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) informa constantemente del valor económico que los ecosistemas representan si estos dejaran de funcionar. Además, La vegetación es uno de los elementos más baratos y potentes en la creación de beneficios directos a nuestra economía y sociedad. Sólo por poner un ejemplo, el valor comercial de los bienes inmuebles está directamente vinculado con la cantidad de vegetación que los rodea, así que un departamento que tiene vista a un parque, o está en una zona arbolada es más caro que el que carece de este elemento.


JS: Desde tu experiencia como alumno y ahora como docente, ¿cuál consideras que es la mayor debilidad de las escuelas de arquitectura que impide que los egresados proyecten arquitectura sostenible? ¿Cómo revertirías esto?

PC: La mayor debilidad son sus maestros. Las escuelas son formadas por sus cuerpos docentes, eso es lo que hace que una escuela sea reconocida, el capital humano. Desde mi experiencia, la estructura en la que se dan las clases de diseño de arquitectura en México, por lo menos en las universidades en las que he tenido la oportunidad de dar clase, no provocan lo que yo llamo una convivencia-energética. Se trata de un ambiente más cercano a la escuela del Bauhaus, en donde existen talleres en los que los estudiantes pueden trabajar por ocho u doce horas intercambiando experiencias con sus compañeros y maestros.


JS: ¿Qué proyecto te ha marcado?

PC: Todos los proyectos me han marcado, en todos los proyectos aprendo muchas cosas, pero evidentemente los que más me han marcado son en los que he logrado que el cliente tenga una mejor calidad de vida, que esté feliz, y yo esté satisfecho con mi trabajo.



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